UKIYO-E en la Colección Cantú Y de Teresa
La impresión en madera en Japón (木版画, mokuhanga) es una técnica más conocida por su uso en el género artístico ukiyo-e de hojas sueltas, pero también se usó para imprimir libros en el mismo período. La impresión en madera había sido utilizada en China durante siglos para imprimir libros, mucho antes del advenimiento del tipo móvil, pero fue ampliamente adoptada en Japón durante el período Edo (1603-1868). Aunque es similar al grabado en madera en el grabado occidental en algunos aspectos, la técnica de mokuhanga difiere en que utiliza tintas a base de agua, a diferencia del grabado en madera occidental, que a menudo utiliza tintas a base de aceite. Las tintas japonesas a base de agua proporcionan una amplia gama de colores vivos, esmaltes y transparencias.
Los libros impresos en madera de los templos budistas chinos se vieron en Japón ya en el siglo VIII. En 764, la Emperatriz Kōken encargó un millón de pequeñas pagodas de madera, cada una de las cuales contenía un pequeño rollo de madera impreso con un texto budista (Hyakumantō Darani). Estos se distribuyeron a los templos de todo el país como acción de gracias por la represión de la Rebelión Emi de 764. Estos son los primeros ejemplos de impresión en madera conocidos, o documentados, de Japón.
ukiyo-e
Se trata de una voz japonesa que literalmente significa imágenes del mundo flotante. El ukiyo-e es una manifestación artística que surgió en el periodo Edo, antiguo nombre del actual Tokio, que abarca el gobierno de la dinastía de los Tokugawa (1603-1867). A mediados del siglo XVII, el ilustrador Moronobu Hishikawa popularizó las grandes pinturas de su tiempo en formato de estampas en relieve. La técnica para manufacturar esta especie de postales era la xilografía
Al principio, los grabados ukiyo-e recogían escenas en blanco y negro de la vida en las ciudades, pero su demanda popular diversificó los temas, incluida la crítica social, e introdujo la policromía. A pesar de la gran variedad de grabados, tres motivos resaltan por excelencia: los yakusha-e, retratos de actores del kabuki -el teatro japonés-; los bijin-ga, estampas de mujeres bellas; y los shun-ga, representaciones eróticas que, junto a las postales críticas, fueron perseguidas por la censura del Gobierno.