Coloquio Redes de Vanguardia Latinoamericana
El recinto que celebra su 85 aniversario presentará la muestra hasta enero de 2020
Reúne más de 250 piezas que marcaron el arte latinoamericano de los años veinte del siglo pasado en Argentina, México y Perú
Amauta, palabra quechua que significa sabio, es el nombre que José Carlos Mariátegui (1894–1930) puso a la revista que fundó y dirigió, abierta a los debates estéticos y vanguardistas de la primera mitad del siglo XX. Artistas y escritores latinoamericanos participaron en los 30 números que se publicaron de la revista y es en torno a ella que gira la exposición Redes de vanguardia: Amauta y América Latina 1926-1930 que se inauguró en el Palacio de Bellas Artes.
Pinturas, litografías, bronces, objetos de arte popular, fotografías, documentos y, desde luego, varias ediciones de la revista Amauta, conforman la exposición que reúne más de 250 piezas que marcaron el arte latinoamericano de los años veinte del siglo pasado en Argentina, México y Perú.
La subdirectora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Luz Elena Ramírez Rasgado; Julio Garro Gálvez, embajador de Perú en México; Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes; José Carlos Mariátegui, representante del Museo Mali de Perú y nieto del director de Amauta, así como las curadoras Natalia Majluf, historiadora de arte y directora del Museo de Arte de Lima, y Beverly Adams, curadora de Arte Latinoamericano del MoMA y del Blanton Museum of Art, estuvieron en la inauguración.
La subdirectora general del INBAL señaló que “hoy nos corresponde recordar a uno de los hitos de las publicaciones vanguardistas latinoamericanas, la revista peruana Amauta, fundada por José Carlos Mariátegui en 1926”.
Comentó que Mariátegui fue uno de los primeros pensadores que vieron en la multiplicidad artística latinoamericana un destino compartido y no estaba sólo en ese esfuerzo, contó con la participación de Diego Rivera, Murillo y Vasconcelos por la parte mexicana.
La exposición busca reproducir su dimensión estética y también la complejidad de un diálogo entre los pioneros del arte latinoamericano. “Nos permite no solo estudiar las ediciones originales, apreciar a plenitud las obras de varios de sus colaboradores que con el paso del tiempo y a la luz de la crítica contemporánea se han convertido en maestros indispensables del quehacer artístico de América Latina, también es posible descifrar en Amauta auténticas cartografías intelectuales orientadas a partir de Lima, Buenos Aires y la Ciudad de México”.
Por su parte, Miguel Fernández Félix mencionó que esta exposición da continuidad a una serie de proyectos de reflexión que ha desarrollado el Museo del Palacio de Bellas Artes.
“Ahora analiza lo que sucedió en un periodo muy importante de los años veinte del siglo XX en Perú, Argentina y México, a través de José Carlos Mariátegui, intelectual que no solo dejó huella en la reflexión del marxismo, su viaje a Europa lo marcó en lo artístico y a su regreso inició la creación de una revista que ha sido un faro para todos los que creemos que América Latina y que generó puntos de confluencia entre nosotros”.
Añadió que la revista Amauta fue punto nodal con México, por lo que es un orgullo que Natalia Majluf y Beverly Adams hicieran esta reflexión sobre el tema de las vanguardias latinoamericanas, que sitúa a la revista en un lugar preponderante no sólo en términos de literatura y política, sino en las artes plásticas.
“Perú y México no sólo somos hermanos, somos gemelos”, dijo el director del museo, quien señaló que copió la frase al embajador Julio Garro. Agradeció, asimismo, al Museo Mali y a José Carlos Mariátegui (nieto) por su colaboración en la exposición.
Dividida en cinco núcleos temáticos, la muestra incluye trabajos de artistas como Ramón Alva de la Canal, Camilo Blas, Norah Borges, Martín Chambi, Julia Codesido, Elena Izcue, Agustín Lazo, Carlos Mérida, Emilio Pettoruti, Diego Rivera, José Clemente Orozco, José Sabogal, Tina Modotti y Alejandro Xul Solar, entre otros.
Se pueden observar, entre otras obras, el ejemplar número uno de la revista Amauta de septiembre de 1926, editado en la ciudad de Lima, un óleo de Ramón Alva de la Canal titulado El café de nadie; Alegoría a los labradores, óleo sobre tela de Carlos Quizpez, y El recluta, de José Sabogal.
También hay una escultura en bronce, El guitarrista, de Pablo Curatella; los óleos Combate, de José Clemente Orozco; Puerto, de Fermín Revueltas; la pieza Máscaras I, de Germán Cueto; un tapiz en seda de la Bandera Mexicana, colección Lola Cueto, y la litografía Desnudo de mujer, de Siqueiros, entre otras piezas.
Entre los libros destacan Emiliano Zapata. Exaltación, de Germán List Arzubide, de los Talleres Gráficos del Gobierno de Veracruz, y El idioma de los argentinos, de Jorge Luis Borges.
El grupo Cuicani amenizó la inauguración con la interpretación de algunas piezas del folclore peruano.
Conclusiones:
Magnifica oportunidad de revalorar el arte Latinoamericano:
De paso y de acuerdo con la visión de Miguel Fernández Félix
Que bueno que las curadurías y la investigación
estén vinculadas con Estéticas de la UNAM.
Natalia Majluf , hace mención en su ponencia del hecho
de que dentro de las grandes revisiones de la pintura Latinoamericana
han sido imprecisas, ejemplo de ello, fue la ausencia de pintores
Peruanos dentro de la Exposición del
Museo Metropolitano en 1993 en Nueva York ( y la ausencia de varios mexicanos)
Lo mismo podemos observa dentro de la narrativa, donde se aborda
Las publicaciones de Xilografía de Jean Charlot y Justino Fernández
Surgidas de la Escuela al aire libre,
donde en ese mismo momento Federico Cantú
deja testimonio de su visión nacionalista en la xilografía
Publicada en Los Ángeles California – Alma Femenina (1929)
Donde a manera de Doble retrato ( Federico Cantú Y Luz Fabila )
Se retratan como novios mexicanos
Curioso observar la firma , donde decide ( a manera de Justino Fernández )
Simplemente colocar sus iniciales . Cabe destacar que dentro de la Carpeta Dorian ( perdida en París desde 1930 ) también podemos encontrar una de las pocas Xilografías sobrevivientes que Cantú imprimiera en 1929 en California.
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