viernes, 22 de junio de 2012

Surrealismo 2012





Surrealismo
Vasos comunicantes

Próximamente 05 de julio
Sala de exposiciones temporales
La muestra busca presentar una crítica lectura de los alcances de esta tendencia artística en México; a propósito de señalar que el Surrealismo pudo fugarse de Europa y permanecer vivo y renovado en aquellas ciudades que acogieron a sus representantes en condiciones de exiliados.

Esta exposición contará con obras de artistas como Yves Tanguy, Man Ray, Max Ernst, Victor Brauner, André Masson, René Magritte, Joan Miró, Salvador Dalí, Jean Marcel, Luis Buñuel, Gunther Gerzso, Manuel Álvarez Bravo, Leonora Carrington, Diego Rivera, Frida Kahlo,Federico Cantú, Remedios Varo, Antonio Ruiz "El Corcito", María Izquierdo, Carlos Mérida, Juan Soriano, Dorothea Tanning, Wifredo Lam; entre otros.






18 de julio
Conferencia: Los años que vivimos en Paris. El músico y arquitecto Adolfo Cantú Elizarrarás relata el tránsito de nuestros artistas y hombres de letras en el París de 1920 a 1939, abordando los antecedentes de La Escuela Mexicana en París: Barbizon, las Escuelas al Aire Libre, Grande Chaumier, Academia Colarossi – los Ateliers y algunas galerías de la época. 17:00 horas,
La muestra busca presentar una crítica lectura de los alcances de esta tendencia artística en México; a propósito de señalar que el Surrealismo pudo fugarse de Europa y permanecer vivo y renovado en aquellas ciudades que acogieron a sus representantes en condiciones de exiliados.
Esta exposición contará con obras de artistas como Yves Tanguy, Man Ray, Max Ernst, Victor Brauner, André Masson, René Magritte, Joan Miró, Salvador Dalí, Jean Marcel, Luis Buñuel, Gunther Gerzso, Manuel Álvarez Bravo, Leonora Carrington, Diego Rivera, Frida Kahlo, Remedios Varo, Antonio Ruiz “El Corcito”, María Izquierdo, Federico Cantú, Luis Ortiz Monasterio, Carlos Mérida, Juan Soriano, Dorothea Tanning, Wifredo Lam; entre otros.





México, 5 Jul. (Notimex).- Obras de Frida Kahlo, Gunther Gerzso, Joan Miró, Juan Soriano, Leonora Carrington, Luis Buñuel, María Izquierdo, FedericoCantú y Remedios Varo, entre otros, integran la exposición "Surrealismo. Vasos comunicantes", inaugurada anoche en el Museo Nacional de Arte (Munal), de esta ciudad.
Se trata de una muestra que descubre los alcances de esta tendencia artística en México; a propósito de señalar que el Surrealismo pudo fugarse de Europa y permanecer vivo y renovado en aquellas ciudades que acogieron a sus representantes en condiciones de exiliados.
La exhibición reune poco más de 120 obras de los máximos representantes, tanto europeos como latinoamericanos de la vanguardia como Alberto Giacometti (1901-1966), Alejandro Xul Solar (1887-1963) , Alfonso Michel (1897-1957), Ansel Adams (1902-1084), Antonio Ruiz "El Corcito" (1895-1964), Bridget Tichenor (1917-1990), Carlos Orozco Romero (1896-1984), César Moro (1903-1956), Cordelia Urueta (1908-1995) y Diego Rivera (1886-1957), entre otros más.
De acuerdo con Sara Baz, subdirectora de exhibición del Munal, la muestra trata de realizar una revisión historiográfica de la influencia de artistas surrealistas en México.
Por un lado, lo que llegó a este país en información y por otro, los artistas que se quedaron a residir aquí.
Entre las obras se presentan 14 piezas provenientes del Centro Georges Pompidou y allí destacan "Retrato de Alexander Lolas" y "Mesa surrealista", de Alberto Giacometti.
La muestra se divide en tres núcleos; el primero inicia con una pintura de Joan Miró (1893-1993) del año de 1917, y concentra la mayoría de las obras que provienen del Georges Pompidou.
El segundo consiste en una iconografía del surrealismo que explica la importancia de lo onírico en la producción de los artistas y el sueño como posibilidad de revelar situaciones que pueden ser más reales que la lógica.
Aquí se proyectan algunos fragmentos de cintas emblemáticas, como "La sangre de un poeta, opera prima de Jean Cocteau", "La edad de oro" y "Un perro andaluz", de Luis Buñuel (1900-1983), y "La estrella de mar", de Man Ray (1890-1976), principalmente.
Junto a estas cintas se muestra un filme de cerca de 90 segundos de Javier Espada, quien explica el surrealismo. Asimismo, destaca una sección para conocer la visión de los artistas surrealistas del cuerpo humano.
En el tercer eje, muestra el encuentro y los vínculos que establecieron los artistas europeos y mexicanos.
Figuran creadores que vivieron en México, como Wolfgang Paleen (1905-1959), Alice Rahon (1904-1987), María Izquierdo (1902-1955), Leonora Carrington (1917-2011) y Remedios Varo (1908-1963), y quienes forman dos círculos: el nombrado "San Ángel", con creadores como Con Paleen y Rahon, y el de la calle "Gabino Barreda", con Remedios Varo y Carrington.
Como actividad paralela a la muestra, se realizará un ciclo de cine y una serie de conferencias tituladas "Los Años que Vivimos en Paris" , "El ojo y sus narrativas y Cine surrealista desde México",  en colaboración con el Instituto Mexicano de Cinematografía.



INAUGURAN LA MUESTRA SURREALISMO, VASOS COMUNICANTES EN EL MUSEO NACIONAL DE ARTE
cuadro blanco
Comunicado No. 1433
cuadro blanco


***Reúne obras de Leonora Carrington, Maria Izquierdo, Luis Ortiz Monasterio, Diego Rivera, Frida Kahlo, Remedios Varo, Carlos Mérida, Juan Soriano, André Masson, Magritte, Cantú, Víctor Brauner, Miró y Dalí
***Como parte de esta exposición, se proyecta el ciclo cinematográfico “El ojo y sus narrativas. Cine surrealista desde México”, realizado con apoyo del Imcine/Conaculta

Alguna vez André Bretón afirmó que México era la nación surrealista por excelencia. Desde entonces muchos vieron en las expresiones de los artistas mexicanos un referente de ese movimiento que, a lo largo de las décadas, ha enriquecido nuestra cultura.
Con más de 120 piezas de artistas como Leonora Carrington, Diego Rivera, Frida Kahlo, Remedios Varo, Carlos Mérida, Juan Soriano, André Masson, Magritte, Federico Cantú, Víctor Brauner, Miró y Dalí, fue inaugurada la noche del miércoles 3 de julio la muestraSurrealismo, vasos comunicantes en el Museo Nacional de Arte (Munal).
Con la presencia de Miguel Ángel Fernández Félix, director del MUNAL; Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector general de Bellas Artes; Mónica López Velarde, coordinadora nacional de Artes Plásticas; Cuauhtémoc Carmona, coordinador general de Imcine, y Javier Espada, director del Centro Buñuel, se realizó la ceremonia de apertura por esta magna exposición que da cuenta de los discursos y búsquedas creativas de varias generaciones de artistas por uno de los movimientos conceptuales más influyentes del siglo XX.
Ramírez Cárdenas celebró la afortunada reunión de obras, así como de películas que mostrarán al público, sobre todo a los jóvenes, una nueva perspectiva sobre la manera como muchos creadores universales se expresaron a través de esta corriente, que se convirtió en un referente ideológico de su época.
Por su parte, Mónica López Velarde destacó que en la muestra dialoguen las obras de grandes creadores como Man Ray, Max Ernst, Yves Tanguy, André Masson, Magritte, Victor Brauner, Miró, Dalí, Jean Marcel, Gunther Gerzso, Juan Soriano, Manuel Álvarez Bravo, Leonora Carrington, Diego Rivera, Frida Kahlo, Federico Cantú , Remedios Varo y Carlos Mérida.
Durante la ceremonia se subrayó que las piezas que se exhiben en las diversas salas del Museo Nacional de Artes han sido reunidas gracias a una colaboración sin precedentes, perteneciendo algunas de ellas al Centro George Pompidou, de Francia.
Miguel Ángel Fernández Félix destacó que el público mexicano tendrá la oportunidad de adentrarse en un amplio mosaico referencial de lo que significó el movimiento surrealista para los lenguajes artísticos de su tiempo, destacando la exhibición de las obras en tres ejes temáticos: “El surrealismo internacional”, “El reinado del sueño” y “Lo bello, lo misterioso”, mostrándose en este último bloque la manera como este movimiento sentó sus raíces entre los creadores mexicanos.
En el marco de la exposición, se exhibirá en el Munal el ciclo cinematográfico “El ojo y sus narrativas. Cine surrealista desde México”, realizado con apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) del Conaculta, en el que se mostrarán los alcances de esta postura artística en la imagen en movimiento.
Entre los filmes que figuran en la muestra destacan Ballet Mécanique, de Fernand Léger; Orphée, de Jean Cocteau; Fando y Lis, de Alejandro Jodorowski; Le retour a la raison, de Man Ray; La Coquille et le Clergyman, de Germaine Dulac, Un perro andaluz, de Luis Buñuel, y Tuvalu, de Viet Helmer, entre otros.
Al respecto, el director del Centro Buñuel de Calanda, España, Javier Espada, mencionó que, como parte de este ciclo, ha desarrollado la conferencia “Cine surrealista desde México”, acompañado de Salomón Grimberg, donde da cuenta de los estrechos vasos comunicantes que envuelven a las cintas de diversos directores con las obras plásticas de artistas de gran renombre, además de reflexionar sobre la manera como el cine surrealista continúa influenciando las expresiones contemporáneas en todos los ámbitos.
Después de la ceremonia se realizó el recorrido inaugural por las salas que desarrollan los tres ejes temáticos de la muestra y donde el público pudo apreciar también obras de creadores como Jean Marcel, Gunther Gerzso, Manuel Álvarez Bravo, Antonio Ruiz El Corcito, María Izquierdo, Dorothea Tanning y Wilfredo Lam.
Para complementar la muestra Surrealismo, vasos comunicantes, así como el ciclo cinematográfico “El ojo y sus narrativas. Cine surrealista desde México”, se ofrecerán de forma gratuita las conferencias: “André Bréton, Wilfredo Lam y Pierre Mabile en Haití” de Sergio Méndez Moyssen, el 12 de julio, y “Los años que vivimos en París” de Adolfo Cantú Elizarrarás, el 18 de julio. MUNAL  5 pm
Para mayores informes, consultar la página del Museo Nacional de Arte  www.munal.com.mx











Surrealismo 2012






Surrealismos en el Munal
Teresa del Conde/ I
E
l movimiento artístico del siglo XX mayormente introyectado por un público nutrido es el surrealismo. Por obvias razones puede recibir un sinfín de modalidades que van desde los simples desplazamientos y cambios de escala hasta incursiones complicadas o asociativas de un imaginario que no establece fronteras precisas entre lo que originariamente fue el surrealismo, con las concomitantes expresiones de la fotografía, el cinematógrafo y el arte llamado fantástico en general. El Surrealismo, así con mayúsculas, tuvo sin embargo su ocaso, posterior al surrealismo en exilio, del que hay notables ejemplos en la exposición del Museo Nacional de Arte (Munal).
El Centro Pompidou y otros museos, así como coleccionistas particulares, integran la muestra que tiene varias piezas clave y otras, principalmente mexicanas, que tal vez ya han sido demasiado ventiladas. Eso no obstaculiza el entendimiento de lo que tal vez no fue realmente una vanguardia, puesto que como actitud, el surrealismo existe desde tiempos inmemoriales.
El o los surrealismos siempre resultan atrayentes y gratifica ver que en México, igual que como ocurre en otros países mayormente beneficiados por este tipo de ofertas culturales, las salas de exhibición ofrecen pléyade de visitantes de todas edades y condiciones.
Abre con el video de los bombines voladores de Magritte y con suPersonaje sentado (parado y con paraguas, pues los juegos de palabras o las aparentes contradicciones son proverbiales en este pintor-lingüista), cerca está una de las más interesantes y hermosas pinturas de todo el conjunto: El cuadro titulado simplementePintura, 1927, de Joan Miró, se inserta, en cuanto a periodicidad histórica, justo en el momento en el que los surrealistas, capitaneados siempre por su carismático líder, André Breton, reavivó la necesidad de ampliar a otros veneros el movimiento que en sus inicios fue casi exclusivamente literario, a no ser por la adopción que hicieron de la mejor etapa metafísica o más bien pre-metafísica de Giorgio de Chirico y por los antecedentes DADA.
El cuadro de Miró es muy sencillo, y la atención pudiera detenerse en su diminuta firma, casi al centro estratégico de la composición, acompañada de dos o tres goteos blancos.
Marcel Jean (1900-1993), quien es autor de una Historia de la pintura surrealista, aunque no tan conocido como los artistas que en ella abordó, está representado con Los guardianes del sueño, que viene al caso no sólo por ser un buen cuadro que representa el interés de los surrealistas acerca de los fenómenos oníricos, sino igualmente por no ser una pieza archiconocida, le es vecina al cuadro de Dorotea Tanning (artista originaria de Illinois), que ya evocaba sus ensoñaciones y sus sueños cuando casó con Max Ernst, en 1942. Se exhibe Un cuadro muy feliz, de 1947.
En el recorrido puede admirarseLeirde, que es versión suya del mito de Dafne. Sin embargo, tal vez sorprenda más en cuanto a autoría femenina la pequeña pintura de Kate Sage: Jornada para ir, también titulada Viaje (1943),de tónica metafísica. Por ser de muy discretas dimensiones, corre peligro de ser pasada por alto y tal es la razón por la que la menciono. Igual sucede con la diminuta y espléndida fotografíaNaturaleza muerta enamorada, de Henri Florence.
Entre otros trabajos fotográficos estupendos destacan los de Herbert Bayer (1900-1995), sobre todo el titulado Después del amanecer.
Leonor Finí resulta vecina de Leonora Carrington. La de Fini es una biena pieza, a diferencia de lo que ocurre con otros dulzones productos suyos que son, sin embargo, muy apreciados por el coleccionismo.
La incursión de un buen número de piezas de autores mexicanos es un acierto, aunque desde mi (discutible) punto de vista el pintor González Serrano está sobrexpuesto en detrimento de otras obras, pongamos como ejemplo Sueño y presentimiento(1947), de María Izquierdo, colección Lorenzo Zambrano. Hay error de captura en la cédula que la titula Sueño y pensamiento. Entre las obras mexicanas, ocupa un lugar señaladísimo.
Otra pieza de la misma pintora es El velo de la novia, que parece inspirado en Great Expectations, la novela de Charles Dickens. Izquierdo y González Serrano fueron coterráneos, de éste la pintura titulada El telégrafo (1942), colección María Elena Noval, resulta superior a otras.
Las tallas en madera de José Horna son formidables. La marioneta (1956) es, a la vez que un objeto conclusivo, una caja de música. Está en comodato con el propio museo y ojalá pudiera adquirirse.
Entre las fotografías destacables están, por supuesto, las de Kati Horna, señaladamente Escaleras a la catedral,que fue retomada pictóricamente al óleo por el pintor estadunidense Cieslovsky durante una larga estancia en Oaxaca.







Surrealismos en el Munal
Teresa del Conde/ II y última
R
eservé este espacio para comentar la que tal vez sea la pieza princeps escultórica. En esta misma sección Mesa surrealista quedó ilustrada con la fotografía de Cristina Rodríguez.
La hechura en yeso es de 1933, época en la que Alberto Giacometti comulgaba plenamente con los surrealistas. El vaciado en bronce, como sucede con otras obras del genial escultor y pintor suizo, fue realizado por su hermano Diego, un año menor que Alberto y famoso diseñador por derecho propio 20 años después. La obra pertenece a las colecciones del Centro Pompidou.
Me detengo en ella, por su valía y porque da lugar a comentar, muy de paso, los modos de hacer y la idiosincrasia de su autor, estudiado por centenares de especialistas. Nunca estaba satisfecho con lo que hacía y a la vez jamás dejó de trabajar en su arte, ya fuera en el dibujo, la pintura o los volúmenes, a los que casi hizo desaparecer en masa y dimensión durante un periodo prolongado de su trayectoria.
Contra lo que pudiera creerse al observar las alargadísimas figuras de pies grandes, con las que preferentemente suele identificársele, Alberto tendía a trabajar casi siempre con modelo, dejó asentado que no quería hacerlo de otro modo, aunque no buscara la representación mimética.
Entre sus amistades de esa época, que fueron muchas aunque él tenía una marcada disposición a permanecer aislado, estaba JeanPaul Sartre, quien pensaba que Alberto expresaba en dibujos o en volumen sus angustias existenciales. A Sartre le parecía evidente que su evolución conllevaba una capacidad muy peculiar de expresar motivos síquicos con propósitos estéticos.
James Lord, el biógrafo que lo trató exhaustivamente, al igual que sus hermanos Diego y Bruno, alude a la concordancia a la cual quería llegar, como hombre y como artista, y a la moción de sinceridad respecto de lo que trabajaba con sus manos, en materia de volúmenes casi siempre modelando, acción que desempeñaba después de haber realizado un sinfín de dibujos. Una parte importante de éstos se conserva, pero centenares de otros fueron destruidos, e igual suerte corrieron las esculturas que no llegaban a satisfacerle.
La vinculación de Alberto Giacometti con el surrealismo duró cuatro años y medio. Asistió a los encuentros, participó en muestras colectivas y publicó sus pensamientos en la revista re-titulada El surrealismo al servicio de la revolución. Dejó asentado que “en ese periodo (1930-1934) existía claramente una atmósfera surrealista que lo influyó (…) Quise que mis esculturas fueran significantes para otras gentes. Experimentaba esa necesidad y al mismo tiempo sabía que podía no lograrla”.
La escultura Mesa surrealista tiene varios ángulos visuales. Si se la ve de frente desde determinado enfoque, puede creerse que tiene sólo tres patas, cada una distinta de la otra. Girando el enfoque se percibe la cuarta pata, pero como mejor se la ve es de espaldas; esa pata pertenece al busto de mujer velada, que tal vez corresponda a una persona en particular (es cosa que no se sabe a ciencia cierta, pero el autor fue prolífico retratista). El polígono irregular alude al que aparece en el grabado Melancolía 1, de Alberto Durero y puede guardar relación con un memento mori dedicado a su padre, Giovanni, quien murió el año anterior (1933). La mano cercenada parece corresponder también a un recuerdo vivido si relacionamos este elemento con otra escultura titulada Mano tomada por los dedos, que sugiere la inminencia de posible amputación. En aquella obra (no exhibida), la mano es de madera y tiene los dedos extendidos, igual que el bronce exhibido. Pudiera conjeturarse que en la ideación de ambas versiones hubo un peligro inminente y que en Mesa surrealista el hecho se perpetró.Se exhibió ese año, 1934, en la Galería Renou et Colle.
En mayo de 1933 apareció el último número de El surrealismo al servicio de la revolución, para el que Giacometti contribuyó ampliamente. A eso siguió un periodo de dudas creativas que se le manifestaron en la idea de que en su imperfecto equilibrio pervivía un elemento de aproximación que le resultaba intolerable, de modo que empezaba una y otra vez a trabajar, invirtiendo interminables horas. Entre las piezas que produjo entonces y que no destruyó está Manos sosteniendo el vacío.
Su desvinculación del surrealismo tuvo lugar en diciembre de 1934 y según se ha investigado, se debió a que Alberto manifestó que necesitaba una modelo apropiada para realizar una determinada cabeza y eso fue considerado antisurrealista y degradante. Como Alberto no se doblegaba ante Breton ni ante sus colegas abandonó intempestivamente la reunión de tipo juicio en la que se discutía ese tópico excomulgatorio. No dio lugar a discusiones. Se retiró, sin que las consecuencias le importaran, aunque no abandonó totalmente las mociones surreales.

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